Me gusta estar escribiendo esto un sábado y no justo el día que saltó la noticia: Ana Obregón compra un bebé en Miami. Exactamente los titulares hablaban de maternidad subrogada o maternidad por sustitución, pero si hay intercambio económico y un contrato, hasta una factura en el caso de que si le pasa algo al bebé en los dos primeros años te devuelven el dinero, es una compra en toda regla.
Con este inicio ya podéis saber mi postura. Me gusta, como os decía, no haberlo escrito el mismo día para hacerlo desde una postura más calmada. Y me gusta hablar de esto porque he pasado por todas las opiniones posibles respecto a este tema a lo largo de mi vida. Y puedo volver a hacerlo, obviamente.
Cuando se empezó a hablar de esto iba yo al instituto y me parecía algo súper bonito el hecho de ceder tu vientre para que otra persona que no pueda tener hijos lo pudiera tener. Algo altruista como quien da un órgano. Maravilloso.
Según fui creciendo y puesto que he nacido en el lado privilegiado del mundo, veía bien que se pagara a alguien ya que está corriendo un riesgo, le dedica tiempo (9 meses nada menos) y todo eso. Pero había algo que no me cuadraba.
Crecí más, leí más y me informé más. Y entendí que el vínculo biológico entre la madre y el bebé es muy fuerte y que marca a ambos. ¿Os imagináis parir y que no puedas ver ni al bebé, que te lo arrebaten? El vacío que tienes que sentir debe ser angustioso. Y el bebé que sufre ya un abandono nada más nacer y el impacto que eso conlleva en su vida. Y no es que lo hayan abandonado ya, no. Es que tú estás pagando para que lo abandonen.
Y llegó el momento en el que yo misma busqué opciones posibles para ser madre y ahí una alerta roja me saltó y lo tuve muy claro: ser madre (o padre) no es un derecho. Que tienes muchas ganas, lo entiendo, pero son tus ganas. Por delante está el bien de la sociedad y la ética.
La diferencia entre los que compran bebés y los que no no es el dinero, es la falta de ética.
Que veamos aceptable que alguien vaya a otros países, porque aquí está prohibido, a comprar bebés como quien va a comprar droga me parece muy triste.
Y está claro que hay un silencio porque puede que tengamos cerca amigos, conocidos que lo han hecho y que sus hijos son adorables y forman una familia estupenda. Claro que queremos a esos niños y con todo esto sólo pienso en que esas familias con esos niños no sean señaladas por las calles porque son una familia de pleno derecho.
Ahora tenemos que evolucionar como sociedad, ver qué opciones tienen esas parejas o personas que quieren tener hijos y mejorarlas. Que el sistema de adopción va lento, sin duda. Pero arreglemos ese sistema, no nos vayamos a otro peor cuando hay niños, bebés, esperando a ser queridos. También te digo, que no entiendo el empecinamiento de alguno de trasmitir sus genes a toda costa, a ver que no eres imprescindible José Luis…
Como os contaba, hubo una época que busqué (buscamos) opciones de maternidad/paternidad. El libro No Madres de Maria Fernández-Miranda me dio mucha luz. ¿Sabéis la de niños que nacen y no son biológicamente de uno de los padres? Pues muchos y cada vez más en España. Gracias a donantes. Eso me hizo reflexionar y por eso cuando veo un bebé no digo ya nunca “Uy cómo se parece a ti o al padre”. Porque sé que hay una posibilidad de que biológicamente no lleve los genes de uno de los dos. Y no tenemos porqué saberlo. Porque no tenemos ni idea de la mochila de cada uno. Y como sé lo que es recibir durante años la dichosa pregunta de ¿Y vosotros para cuándo? y todo lo que acarrea, intento evitar a quien sea el más mínimo dolor o sombra alrededor de algo que es muy bonito.
Con esto quiero decir que la sociedad evoluciona, que todos poco a poco vamos cambiando y que no tenemos que tener miedo a mirar más allá y no quedarnos con el: es que ahora no podemos hacer nada. Se pueden hacer mil cosas pero si tienes un capricho, para lo que precisamente hay otras opciones, esperas un poco a que se te pase.
La fórmula es muy sencilla: si lo que vas a hacer sólo lo puedes hacer porque tienes dinero, piénsatelo dos veces. Y además si alguien gana (tú) y otra pierde (porque hay una desigualdad) ¡vaya! la que pierde siempre es una mujer ¿casualidad?, también piénsatelo dos veces.
Y cómo no este debate salta por Ana Obregón con la de portadas que hombres de todas las edades y condiciones se han publicado presentándonos a familias con hijos e hijas compradas también. No carguemos todo sobre el peso de esta mujer, que hemos estado riéndoles las gracias, llenándoles de flashes y de espacios en medios a todos ellos y no se ha liado la que se está liando. Lo único que le agradezco a ella es que haya traído, sin quererlo, este debate.
Y me quedo con la reflexión de La Conseguidora, para quitarle hierro al tema, que es domingo y no quiero ser tan intensa, que decía que ojalá la vida le de salud para durar lúcida 18 años para ver la primera entrevista que le harán a la hija de Ana Obregón contando su vida y su relación con su madre. Me parece maravilloso.
No compres, adopta.
Maravillosa reflexión 🙌🏼
Me ha encantado tu reflexión. Gracias por compartirla.