¿Cómo de estresante puede ser asistir de público a una charla cualquiera? Por lo general, cero. A no ser que tengas fobia social, claro. Yo depende del día. Por lo general me gusta bastante asistir a “saraos”, charlar con la gente y demás. Pero a veces me interesa el contenido pero no me apetece nada ir. Y me esfuerzo. (Si estás leyendo esto y no has podido ir a alguna historia reciente, cero culpas. Hacemos lo que podemos)
Hace poco fue uno de esos días. Una presentación de un libro, presentación pequeñita, en un hotel en el centro de Valencia. Además llovía, y en Valencia cuando llueve se para el mundo. Todo en contra. Me senté al fondo de la sala. Llegué pronto y vi como poco a poco se iba llenando. Salvo por un chico, era la más joven o menos mayor de allí. Botellitas de agua, posavasos y todo muy cuidado.
Como no tenía ganas de ir pensaba todo el rato en salir de allí, claro. Pero hubo algo que centró mi atención e hizo que me calmara por completo.
Me empecé a fijar en los zapatos del público. Estábamos sentados en mesas de cuatro con sillas sencillas, sin vestir, con lo que podía ver casi todos los zapatos de los que allí estaban. Los primeros zapatos en los que me fijé fueron las de una señora en la primera fila. Mocasines color beige impecables. Cómodos pero elegantes. Lo llevaba un tipo de señora que ya no está para aguantar tonterías. Iba ideal vestida pero sin incomodidades. Y de pronto sentí paz.
Así que seguí leyendo zapatos. La señora de al lado todavía no había dado el paso de la comodidad al 100% así que llevaba unos zapatos de cuña. Delante de mí, el chico más joven que os comentaba antes, llevaba unos zapatos mojados por la lluvia, feos. Me producía ternura. Me lo imaginaba poniéndose esos zapatos antes de venir, seguramente serían los únicos “zapatos de cristiano” que decía un tío mío, que el chico tendría. Son esos zapatos de siempre, que no son zapatillas, de piel.
Al lado de esos zapatos había dejado boca abajo un paraguas del Valencia CF. Me parece horroroso el merchandising de los clubes de fútbol. Y yo que soy una loca de las marcas y sus aplicaciones. Pero me parece mega hortera ir a pasear o a comer vestido de arriba abajo como si fueras a saltar al campo del Mestalla en cualquier momento. Con lo que la mezcla de esos zapatos mojados y con alguna hojita pegada por la lluvia y el paraguas al lado con el logo del Valencia desgastado, me horrorizó y entretuvo a partes iguales.
Después pasé a los zapatos de la presentadora. Llevaba unas cuñas muy modernas puestas para la ocasión. Seguramente al acabar y antes de salir a las calles mojadas se las cambiaría en el baño por algo más cómodo. Supongo que por unas zapatillas modernas porque tenía pinta de ser como la primera mujer, de vuelta de todo ya. Una periodista de toda la vida, curtida, con gafas grandes y collar más grande aún.
Y así se me pasó la presentación la mar de entretenida.
A veces hay sitios que son casa, a veces hay objetos que lo son igualmente.
Nota: Madrastra sin hijos es mi reino donde entrevisto a otras madrastras u otras personas relacionadas con este maravilloso universo. Porque siempre hemos sido las que estamos detrás o al lado, nunca al frente. Pero esto ya se ha acabado👸🏻
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Me encanta!! A mí a veces me pasa algo similar, es decir, voy a un acto de cualquier tipo y si por cualquier motivo me deja de interesar el contenido, la persona que lo transmite o la puesta en escena, me voy a buscar “otras cosas”. Podría ser las luces, el vestuario de los presentadores o del público, por supuesto. Desde que aprendí un poco de lenguaje no verbal y que mi profe me insistiera en que hay q practicar siempre, aprovecho esos momentos. Es brutal lo que todos decimos sin decir nada. Gracias por tu visión desde los zapatos 🥿 🥰💪🏻