Durante la pandemia muchos descubrieron el potencial que tiene la casa de cada uno. Encontramos espacios diferentes para hacer cosas que hasta el momento hacíamos en la calle o en el gimnasio o en el bar… Montamos gimnasios improvisados con garrafas de agua y mochilas cargadas hasta arriba de libros a modo de pesas. Esterillas abiertas por primera vez, balcones que de pronto fueron protagonistas. Bien de lucecitas, baldosas de pegatina y pintura, bien de pintura, para tapar, cubrir o embellecer esos rincones que hasta el momento estaban muertos del asco, ignorados por nuestra vertiginosa vida.
🤣🤣🤣. Me has hecho reír. Gracias.
El cajón de los hielos siempre bien lleno y la conciencia bien alerta para no perderse.